A pesar de la falta de demostración, de la larga data de mentiras impulsadas por el Imperialismo y sus secuaces, de las pruebas fehacientes, incluso las provenientes de sus mismos archivos, que los incriminan en acciones de lesa humanidad y genocidio; de engaño y falsedad, la palabra de éste encabezado por Estados Unidos y secundado por las potencias lacayas, sigue pesando más que la verdad de los hechos. Más que las evidencias cuyas comprobaciones son mostradas por personas del mundo científico tan serias que nadie puede refutar sus hallazgos y que, sin embargo, no pasan más allá de una tibia denuncia. O, mejor dicho no son dejados andar más allá de eso. Así pues, el manto de la impunidad sigue cubriendo los crímenes más horrendos que el Imperio ha realizado durante casi por dos siglos y que sigue realizando. Y que por evidentes, innegables y visibles aumentan el odio hacia Estados Unidos y sus "amigos" pero también corroen la esperanza y la justicia global.
Las mismas instancias creadas en el seno de las Naciones Unidas para prevenir y enfrentar esas arbitrariedades se han corrompido bajo la tutela del Imperio desembocando en tristes apéndices al servicio de su causa.
Quizá, eso último sea su estrategia con el objetivo de aumentar el desencanto, la impotencia y el desaliento entre los que considera débiles e inferiores para aceptar su tutela y conformarnos con su visión trasnochada y su control mundial.
Así pues, en Siria, los medios más influyentes al servicio del Imperio se han encargado de insistir que el gobierno legítimo de Basahr Al Assad es el único culpable de cometer las "atrocidades" de la represión, cuando las mismas investigaciones de los observadores de la ONU, enviados a ese país para hacer un diagnóstico real de la situación vivida, como parte de la iniciativa de Kofi Annan, arrojaron en el mismo teatro de operaciones que existen bandas de mercenarios muy bien armadas patrocinadas por Estados Unidos, Inglaterra, Francia y algunos países de la Liga Árabe como Catar, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Turquía. No obstante, ese señalamiento tan serio fue desvirtuado y minimizado por las agencias noticiosas imperiales y una vez más el libreto iraquí, afgano y libio se trata de imponer en Siria.
A pesar de que con ese mismo guión se ha dañado severamente a esos países, provocándoles además de destrucción en su infraestructura productiva y vial, millonarias pérdidas humanas, entre muertos, heridos, mutilados, sus argumentos base para su ataque eran y siguen siendo totalmente falsos.
Hoy, el cinismo y la mentira se vuelven a imponer y a pesar de esas verdades ineluctables, la invasión militar a Siria se levanta de nuevo sobre esa similar y endeble plataforma.
¿Cuál es la razón para que el Imperio y sus secuaces sigan cometiendo el mismo error?
No cabe duda que, apostando a la ignorancia y desconocimiento que tiene la mayor parte de la población mundial sobre estos aspectos, confían en que ésta les dará el apoyo tácito para una nueva correría. Empero, los líderes de naciones emergentes que, no por humanidad sino porque eso impediría fortalecer la base para el despegue económico que les permita sustituir la vieja, caduca pero aún efectiva, militarmente hablando, estructura del Imperio estadounidense, han optado por pararle el trote a éste mostrándole sus bíceps al realizar ejercicios militares conjuntos y posicionando naves de última generación en el puerto de Tartus que no es más que una base de Moscú en tierras sirias, con lo cual envían el mensaje directo a Estados Unidos y sus secuaces de que Siria no es Libia ni Irak.
Además, saben dichos dirigentes que si se desata una guerra de esas dimensiones en proximidades de sus naciones, la probabilidad para verse involucrados en ella es innegable con todas las consecuencias que de ello se deriven.
En lo particular pienso que Estados Unidos está urgido de repotenciar su economía y esto solo lo logra a través de mantener un estado de guerra constante, por lo que se verá compelido a atacar Siria, tarde o temprano. Y, la crítica Europa a seguirlo para evitar la revolución social que se cierne sobre la cabeza de sus gobiernos oligárquicos.
Este será el camino de la desintegración del Imperio gringo y occidental para darle paso a nuevos liderazgos o su afianzamiento por muchos años más. En la vanguardia socialista está la oportunidad no solo para robustecerse al sublevarse frontalmente contra la guerra sino al situarse al frente de una revolución mundial que se ha comprobado que cuando no tiene orientación política científica resulta siendo diluida en falsas "primaveras" que solo florecen para fortalecer al Imperio y demorar su muerte.
Los fracasos del Imperio son varios y recurrentes. Irak, Afganistán, Libia que no significó, después de todo, un gran botín en comparación con su martirio. Escenarios, de donde muchos de sus soldados siguen volviendo a su tierra envueltos en la bandera, mutilados o locos. Bonito resultado para quien prometió esparcir la democracia por el mundo.
Tomando en cuenta eso, la alternativa socialista es la que se alza viable con mayor fuerza. Empero, ésta, por lo que representa, es la que está en la mira próxima. El golpe de estado en Paraguay hizo sonar las alarmas en el cono sur. Alarmas que ha despertado a quienes, incluso, aún piensan que el Imperio está tan viejo y decrépito que ya no es capaz de impulsar una segunda Operación Cóndor si sus intereses están en peligro. Y, si que lo están a raíz que, después de Cuba, Venezuela ha levantado con firmeza y determinación la construcción del socialismo.
No obstante, por ay andan algunos desorientados señalando algunos defectos –maximizándolos-, a los gobiernos democráticos que se han alzado en el sur y que tienen como común denominador enfrentarse al Imperio, mientras soslayan por un pobre estudio o por servilismo los crímenes imperiales.
En aras de tener claras las cosas, hay que anotar que la locura senil es locura, pero se vuelve peligrosa cuando la sufre un psicópata armado hasta los dientes. Pero más peligrosos son los que sabiendo de esa enfermedad, lo dejan transitar libremente por el vecindario sabiendo fehacientemente que muy pronto cometerá otro crimen.
Carlos Maldonado
Colectivo "La Gotera"
Guatemala, 13 de julio de 2012
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